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Aunque a menudo podemos percibir el estrés como algo que vivimos de manera desagradable, la realidad es que este sentimiento se trata de una necesidad evolutiva. Un nivel óptimo de activación nos ayudará a realizar las actividades y retos del día a día, sin embargo, cuando este estrés o activación es alto, puede perjudicarnos llegando incluso a generar consecuencias graves en nuestra salud. Por suerte, existen estrategias que nos pueden ayudar a combatir el estrés, así como a lidiar con sus consecuencias.

1. Encuentra un equilibrio en tu día.

Para lograr gestionar el estrés es importante intentar estructurar nuestro tiempo y que todos los días podamos tener un rato para nosotros mismos, para parar, disfrutar y sentir.  Hay una creencia social de que somos más productivos cuanto más tiempo dedicamos a nuestro trabajo o estudios, mientras que puede ser un error si no lo compaginamos con tiempo para movernos, descansar bien y escucharnos, lo que hará que el nivel de activación sea óptimo.

2. Sé más amable contigo mismo.

Solemos ser demasiado críticos con nosotros mismos, lo que puede hacer que nos sintamos peor y aumente nuestro estrés.  Si cambiamos la crítica por la compresión, al final, tendremos mejores resultados, subimos nuestra autoestima y evitamos esa sobreactivación que tanto nos perjudica, ayudándonos a lidiar con las situaciones que nos generan estrés.

3. Apóyate en las personas que confías.

Si estamos pasando por una época de mucho estrés, contar con un amigo o con un familiar con quien compartir nuestras emociones y preocupaciones puede ayudarnos a lidiar con estos sentimientos que nos agobian.

4. Mantén un diario.

Reservar un tiempo para reflexionar sobre nuestro día y llevarlo a un diario personal puede ayudarnos a sobrellevar los pensamientos negativos. Esto puede ser una herramienta útil para comprender mejor los factores estresantes y poder aliviar el estrés.

5. Lleva hábitos de vida saludables.

Una alimentación equilibrada: para poder combatir el estrés, la alimentación es crucial. Por ejemplo, saltarse las comidas puede reducir el nivel de azúcar en sangre, lo que puede generar cambios de humor y fatiga. La mala alimentación y/o la comida basura también tienen efectos en nuestra salud tanto física como emocional. Muchos investigadores hablan de la estrecha relación entre una comida equilibrada y un buen humor.

Practicar ejercicio regularmente: cuando realizamos ejercicio físico segregamos muchas hormonas, entre ellas algunas que solemos asociar con la felicidad como endorfinas, serotonina y dopamina. Así que no solo mejora nuestra salud física sino que también nos ayuda a reducir los niveles de estrés.

Un buen descanso: el poder de un buen descanso va más allá de lo que imaginamos. Dormir correctamente, respetando de siete a nueve horas de sueño diarias, puede ayudarnos a manejar mejor los niveles de estrés y a comprender aquellas emociones que a veces no sabemos gestionar.

6. Divide y vencerás.

Apuntar aquello que nos provoca estrés, dividiéndolo en las áreas que sea necesario y añadiendo al lado el nivel de estrés que te provoca, desde el 1 al 5, podemos comenzar por aquellas tareas que más estrés nos provocan y generar diferentes soluciones o planes de acción. Poco a poco empezaremos a bajar el estrés y acumularemos menos dificultades.

7. Pasa tiempo en la naturaleza.

Son muchas las investigaciones que enfatizan los beneficios psicológicos de pasar más tiempo en entornos naturales, caminar en espacios verdes para reducir la presión arterial, incluso mirar la naturaleza por la ventana puede ayudarnos a aliviar el estrés. Respirar aire puro calma, ayuda a nuestro sistema nervioso y favorece la oxigenación celular eliminando toxinas del organismo, por lo que contribuye a un bienestar general.

8. Mejora tu postura corporal.

Según diversos estudios, encorvarse puede disminuir nuestra autoestima, así como empeorar nuestro estado de ánimo. El cerebro y el cuerpo van ajustándose en ambas direcciones según la emoción, es decir, cuando estamos estresados adoptamos una postura corporal más tensa, por ejemplo, y al revés también se da esa relación, si tenemos una postura tensa, engarrotada, encorvada, nuestro cerebro por coherencia empieza a segregar cortisol. Por lo tanto, estar erguidos, estirarse y tener una posición del cuerpo abierta nos puede ayudar a regular ese estrés.

9. Establece límites.

Intentar ponernos limites en aquellas tareas que quizá no requieran de tanta urgencia, por ello, es esencial intentar identificar qué compromisos son prioritarios y reducir todo aquello que no requiera inmediatez. Si ya estás en tu límite aprende a dejar de aceptar más peticiones. La clave para saber cómo controlar el estrés es precisamente conocer cuáles son nuestros límites y respetarlos.

10. Deja de lado las pantallas.

Se ha demostrado que las personas que revisan constantemente las notificaciones suelen tener, no solo déficit de atención y una postura corporal perjudicial, sino también un nivel más elevado de estrés. Es conveniente tener un tiempo para estar pendiente de las pantallas y un tiempo para olvidarnos de que existen, pues es fundamental para desconectar y evitar la excitación de nuestro sistema nervioso.

Estos son algunos de nuestros consejos, pero si deseas recibir un asesoramiento personalizado en función de tus niveles concretos de estrés, en Sanafarmacia ponemos a tu disposición nuestro Servicio de Medición del Estrés. A partir de la variabilidad de tu latido cardiaco podemos conocer en qué estado te encuentras y tus niveles de estrés físico, mental y tu resistencia al estrés. No dudes en solicitar una cita y te atenderemos con el fin de mejorar tu bienestar.

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