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Vivimos con un ritmo acelerado en el que las 24 horas del día parecen no ser suficientes para cumplir nuestros objetivos laborales, formativos, familiares y personales. Pasamos el año esperando las ansiadas vacaciones para tener el tiempo que necesitamos para vivir y cargar las pilas para la vuelta a la rutina, envolviéndonos así en un bucle en el que el estrés se apodera de nuestro día a día.

Con el fin del verano nos enfrentamos a un mes de aterrizaje. Volvemos a casa, a la oficina, al colegio o a la universidad, para muchos volver a la rutina puede ser un motivo de nervios y tensión. Para algunos, llega también el momento de abandonar el teletrabajo y volver a la antigua normalidad laboral, lo que implica retomar viejas rutinas, desplazarse al trabajo y mantener estrictamente las medidas sanitarias por la pandemia de la Covid-19, así que, sin duda, nuestra fuerza mental será la mejor herramienta para afrontarlo. Los especialistas recomiendan combinar deporte y una buena alimentación que ayuden a mantener un buen estado de salud mental, así como desarrollar estrategias propias para afrontar los factores estresantes y controlar las emociones negativas derivadas de ellos.

El estrés es la reacción del cuerpo ante determinadas situaciones.

  • La causa del estrés es la presencia de un “factor estresante”.
  • La ansiedad es el estrés continuado después de que el factor estresante haya desaparecido.

Existen dos tipos de estrés:

  • Agudo: es estrés a corto plazo que desaparece rápidamente y ayuda a controlar situaciones peligrosas o emocionantes cuando el cuerpo reacciona inmediatamente ante amenazas o desafíos.
  • Crónico: es estrés en un periodo de tiempo prolongado que ha de controlarse para no derivar en problemas de salud, pues los efectos pueden ser más duraderos.

El estrés tiene manifestaciones en el cuerpo, como pueden ser: presión arterial alta, insuficiencia cardiaca, diabetes, obesidad, depresión o ansiedad, problemas de piel o problemas menstruales. Algunos síntomas físicos y emocionales son:

  • Diarrea o estreñimiento
  • Mala memoria
  • Dolores y achaques frecuentes
  • Dolores de cabeza
  • Falta de energía o concentración
  • Problemas sexuales
  • Cuello o mandíbula rígidos
  • Cansancio
  • Problemas para dormir o dormir demasiado
  • Malestar de estómago
  • Uso de alcohol o drogas para relajarse
  • Pérdida o aumento de peso

Para controlar eficazmente el estrés hemos de comenzar por identificar los factores que lo producen, que pueden ser externos, como cambios importantes en la vida, la situación de nuestro entorno o el trabajo, e internos, como miedos, incertidumbre y falta de control o creencias y expectativas. Hemos de tratar de plantear estrategias para controlar los factores estresantes, además de mantener hábitos de vida saludables, como llevar una dieta equilibrada, practicar actividades físicas y dormir lo suficiente. También el control del tiempo y la energía nos ayudará a concentrarnos en las actividades importantes, por lo que hemos de replantearnos nuestros pensamientos, desafiando a los negativos y tomando una actitud positiva. Reconocer el problema es el primer paso para resolverlo y pedir ayuda a una persona de confianza, un amigo o un familiar, siempre será una buena opción. Si lo consideramos necesario, podemos recurrir a un profesional de la salud.

En Sanafarmacia ponemos a tu disposición el nuevo servicio de medición del estrés. Nuestra aparatología refleja los niveles de estrés mental y físico, el envejecimiento de los vasos sanguíneos, su elasticidad y potencia del corazón (fatiga, sobreentrenamiento o ansiedad), factores que pueden anunciar el riesgo de desórdenes. Si quieres conocer tu nivel de estrés y recibir un consejo personalizado sobre cómo reducirlo para mejorar tu salud, no dudes en acudir a nuestra farmacia o pedir tu cita telefónica para solicitar más información.

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