La viruela del simio, también conocida como la viruela del mono, es una zoonosis, es decir, una infección presente en los animales, con infecciones humanas de carácter esporádico procedente de zonas de África central y occidental. Es causada por el virus de la viruela del simio y su nombre le viene porque este virus fue estudiado en una colonia de monos infectados, pero también está presente en roedores como ratas y ardillas.
Esta infección puede transmitirse por exposición a gotas exhaladas, contacto con fómites como sábanas o prendas de vestir y contacto piel con piel de carácter prolongado, mediante heridas o fluidos corporales, es por ello que se puede contagiar a través de relaciones sexuales. El período de incubación de la viruela del simio suele ser de 6 a 13 días, pero puede oscilar entre 5 y 21 días. La enfermedad a menudo es autolimitada con signos y síntomas que generalmente se resuelven espontáneamente dentro de dos a cuatro semanas. Los signos y síntomas pueden ser leves o graves, y las lesiones pueden ser dolorosas. Los menores de 40 años, por no estar vacunados, las personas con inmunodeficiencia y embarazadas parecen ser factores de riesgo de enfermedad grave. Se ha informado que la tasa de letalidad (CFR) puede variar según la zona de donde venga, pues hay dos tipos de variantes, pudiendo ser de hasta el 11% (en personas sin vacunación previa contra la viruela) para la cepa procedente de la cuenca del Congo.
Si bien se aprobó una nueva vacuna para la prevención de la viruela del mono y se demostró que la vacuna tradicional contra la viruela brinda protección, estas vacunas no están ampliamente disponibles. Se cree que la mayor susceptibilidad de los seres humanos a la viruela del mono está relacionada con la disminución de la inmunidad debido al cese de la inmunización contra la viruela. El contacto con animales vivos y muertos a través de la caza y el consumo de animales de caza o el uso de productos derivados de animales son presuntas fuentes de infección humana. Los casos más leves de viruela del simio en adultos podrían pasar desapercibidos, mal diagnosticados o no informados y representar un riesgo de transmisión de persona a persona.
Es probable que haya poca inmunidad a la infección en las personas expuestas, ya que la enfermedad endémica se limita geográficamente a África occidental y central y las poblaciones de todo el mundo menores de 40 o 50 años ya no se benefician de la protección que brindaban los programas anteriores de vacunación contra la viruela. El tratamiento para la viruela del mono es una observación y atención óptima los síntomas y el estado clínico del paciente.
Consejos de la OMS
Cualquier enfermedad durante el viaje en un área endémica o al regresar debe informarse a un profesional de la salud, incluida la información sobre todos los viajes recientes y el historial de vacunación. Los residentes y viajeros a países endémicos deben evitar el contacto con animales enfermos, muertos o vivos que puedan albergar el virus de la viruela del simio (mamíferos, incluidos roedores, primates) y deben abstenerse de comer o manipular animales salvajes o usar productos derivados de animales. Se debe enfatizar la importancia de la higiene de manos con agua y jabón, o desinfectante a base de alcohol.
Un paciente con viruela del mono debe ser aislado durante el período infeccioso, entre 5 y 21 días, incluyendo la etapa de erupción de la infección, hasta que todas las lesiones hayan formado costras y se hayan caído. El rastreo oportuno de contactos, las medidas de vigilancia y la sensibilización sobre enfermedades endémicas y emergentes importadas entre los proveedores de atención médica son partes esenciales para prevenir casos secundarios y el manejo efectivo de los brotes de viruela símica.
Los trabajadores de la salud que atienden a pacientes con viruela símica sospechosa o confirmada deben implementar precauciones estándar, de contacto y de control de infecciones por microgotas. Las muestras tomadas de personas y animales con sospecha de infección por el virus de la viruela símica deben ser manipuladas por personal capacitado que trabaje en laboratorios debidamente equipados.
Actualmente no recomienda ninguna restricción para viajar o comerciar con Nigeria, Turquía o los EEUU según la información disponible en este momento. Desde la OMS quieren transmitirnos tranquilidad, pues afirman tener herramientas para controlar el virus, ya que no se transmite con tanta facilidad en humanos como en animales, prestando, además, apoyo con actividades de vigilancia, preparación y respuesta a los brotes en los países afectados.