El suelo pélvico está formado por un conjunto de estructuras musculares y ligamentos que conforman el diafragma pélvico. Su función es sostener los órganos pélvicos (vejiga urinaria, uretra, útero, vagina, próstata, recto y ano), fijándolos a las estructuras óseas que constituyen la cintura pélvica, formada por dos huesos coxales, derecho e izquierdo, y el sacro. Estos componentes además de mantener una correcta posición de los órganos pélvicos, permiten realizar sus funciones: la micción, la defecación, el coito, por tanto, erección y eyaculación, y el parto.
Hay factores de riesgos que predisponen a padecer estas patologías. Algunos de estos factores son inevitables, como la edad y la genética, mientras que otros se pueden modificar para disminuir su impacto negativo y prevenir problemas como la obesidad, una postura corporal inadecuada, el estreñimiento, los sobreesfuerzos y algunos deportes de impacto. Otros factores de riesgo evitables son el consumo de tabaco, así como la ingesta de cafeína. Las patologías concomitantes como la diabetes, el ictus, la depresión, la demencia, las cirugías ginecológicas, la radioterapia o el síndrome genitourinario de la menopausia se han asociado con un mayor riesgo de afectación del suelo pélvico.
Existen diferencias anatómicas en su suelo pélvico de hombres y mujeres. La pelvis masculina se estrecha en la parte posterior, al contrario que la femenina, que es más redonda y ovalada ya que está adaptada a un futuro embarazo y el posterior parto. El conjunto de músculos y ligamentos que componen el suelo pélvico son muy parecidos en hombres y mujeres, salvo que, en ellas a diferencia de los varones, debe sostener el útero. En el suelo pélvico del hombre hay un músculo que rodea la próstata, el músculo puboprostático, en la mujer el pubovaginal y otros llamados bulboesponjoso e isquiocavernoso, que se encargan de la erección y la eyaculación.
Cuando existe una debilidad o lesión de estas estructuras que forman el suelo pélvico aparecen las disfunciones, siendo los principales problemas la incontinencia urinaria y fecal, la disfunción eréctil, el prolapso de distintos órganos pélvicos o el dolor pélvico crónico. Los problemas de suelo pélvico en el hombre se deben en su mayoría a un problema de próstata, mientras que en las mujeres suele ser por los partos, la postura y otros problemas físicos que debilitan lo debilitan, como el estreñimiento. Solo el 40% de la musculatura del suelo pélvico es de contracción voluntaria, el resto es musculatura lisa o involuntaria, que se contrae solo como un reflejo que se puede provocar con distintas técnicas.
El abordaje de las disfunciones de suelo pélvico suele ser tratado por un conjunto de profesionales, como son ginecólogos, urólogos, proctólogos y fisioterapeutas especialistas en suelo pélvico. El farmacéutico, profesional sanitario, cercano y siempre a la disposición del paciente, puede detectar patologías y hacer recomendaciones o derivar directamente al médico. Los conocidos ejercicios de Kegel y los hipopresivos son los más utilizados, pero cada caso requiere un estudio y tratamiento individualizado. En Sanafarmacia te informamos y ponemos a tu disposición un servicio personalizado con el que te sugerimos una serie de hábitos y ejercicios a practicar para el fortalecimiento y rehabilitación del suelo pélvico.