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Inherente como las lágrimas de cera, las volutas de incienso, la saeta, el racheo, la revirá, el costero a costero, el silencio, la bulla, la gente… y hasta la patada a la lata con las manos en los bolsillos después de ver la entrada de la última, con ese sonido tan estruendoso como mal educado, es el famoso y omnipresente dolor de pies.

Fiel a su cita anual, silente como un nazareno del Calvario, acecha hasta que aparece con toda su crudeza. Es un problema de salud que si bien, a algunos les afecta todo el año, en esta época no hay nadie que pueda permitirse el lujo de decir que no le duelen los pies, desde el primer hasta el último nazareno, desde el que participa en el desfile procesional hasta el que aguanta de pie, con infinita paciencia, el transcurrir de esas cofradías con nóminas larguísimas de nazarenos (a veces parece que un mismo penitente ha pasado dos veces por delante de ti).

Desde Sanafarmacia queremos aconsejarte para que la penitencia sea lo más liviana posible y que puedas disfrutar de una Semana Santa tan cómoda como sentida.

1.- Prohibido estrenar calzado en Semana Santa. Del dicho popular “quien no estrena en Domingo de Ramos no tiene manos” habría que excluir el asunto de los zapatos.

2.- Acude al podólogo: Es importante acudir, al menos 15 o 20 días antes, a la consulta de un profesional para que nos revise los pies. No sirve de nada ir el Viernes de Dolores, ya que si el podólogo tiene que intervenir sobre ellos, la recuperación no será compatible con las largas esperas de pie, ni con el “pateo” continuo por la ciudad.

3.- Evita el uso del tacón alto: los tacones, como decía un locutor deportivo alcalareño muy añorado por los que ya no somos tan niños, “déjenlos para la feria”. El tacón no debe tener una altura superior a los 4 centímetros para la mujer ni los 2-3 centímetros para el hombre.

4.- Al llegar a casa, con todas las cofradías del día aún en tus retinas, alivia tus pies hinchados realizando baños de contraste, empezando con agua tibia y finalizando con fría. Entre 5 o 6 minutos en el agua caliente alternos con 1 o 2 minutos en la fría, así varias veces hasta terminar siempre con el baño de agua fría.

5.- El calzado que vayas a usar debe tener suela flexible, de goma a ser posible, gruesa, transpirable y el empeine debe quedar bien sujeto.

6.- Las uñas deben estar bien cortadas.

7.- Al llegar a casa, masajea los pies desde los dedos hasta el talón.

8.- Si permaneces mucho tiempo de pie es aconsejable alternar el pie sobre el que descanses.

9.- Si han aparecido ampollas, no las debes abrir. Lo mejor es hidratar la piel.

10.- No uses calcetines ni muy ajustados ni muy grandes ya que pueden favorecer la aparición de ampollas, principalmente. Los mejores son los calcetines que no presentan costuras ajustadas y que se presentan suaves al tacto.

Francisco Solís Rodríguez, farmacéutico adjunto en Sanafarmacia

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