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Con este sugerente estribillo nos anunciaban los delincuentes la llegada de una de las estaciones más bonitas del año para unos (Semana Santa, ferias, cruces de mayo, romerías…) y más temidas para otros (exámenes finales, astenia, alergias…). Centrándonos  en uno de estos aspectos vamos a arrojar luz sobre ese decaimiento, esa pesadez, esa desgana, que nos invade a muchos en esta época del año y que se conoce con el nombre de astenia primaveral.

Si te paras a mirar, te das cuenta que uno de los productos que más se solicitan en las oficinas de farmacias son los multivitamínicos. Son demandadas prácticamente durante todo el año pero es especialmente en la época que ahora comienza o en periodos donde se presupone que vamos a realizar un esfuerzo importante, exámenes, cuando el consumo de vitaminas se dispara.

Causas de la astenia

Los síntomas que suelen asociarse con la astenia son estos: 

  • Cansancio y somnolencia durante el día.
  • Falta de energía.
  • Alteraciones del sueño, especialmente dificultad para conciliarlo.
  • Irritabilidad.
  • Ansiedad.
  • Pérdida del apetito.
  • Cefaleas.
  • Disminución de la libido.
  • Problemas de concentración.
  • Falta de motivación.

Es necesario aclarar que no en todas las personas se dan todos estos síntomas, sino que dependiendo de cada individuo, se pueden llegar a manifestar unos u otros con mayor o menor virulencia. También es reseñable que a medida que nuestro organismo se adapta a los cambios que han provocado estos síntomas, la sintomatología desaparece. Algunos de estos cambios que tanto nos afectan son la subida de las temperaturas, el aumento de las horas de luz, el cambio horario… Todos estos cambios exigen a nuestro cuerpo un mayor gasto de energía, y esa escasez de energía es la responsable de la astenia.

Tratamiento de la astenia

El tratamiento consiste en intentar contrarrestar a los agentes causantes del cansancio que padecemos en esa época, a saber:

  • Es importante que los horarios de comida y sueño (acostarse y levantarse) sean muy regulares, manteniendo los intervalos habituales.
  • Hacer ejercicio físico moderado: se facilita la liberación del estrés y la conciliación del sueño.
  • La alimentación: deberá existir una mayor presencia de frutas y verduras frescas.
  • Beber mucha agua.
  • Mantener la rutina del sueño: hay que irse a la cama siempre a la misma hora.
  • Aporte extra de vitaminas y minerales: siempre bajo la supervisión del médico o del farmacéutico, podemos tomar algún multivitamínico.

Vitaminas y minerales

Las vitaminas son compuestos heterogéneos imprescindibles para la vida, ya que al ingerirlos de forma equilibrada y en dosis esenciales, promueven el correcto funcionamiento fisiológico. La mayoría de las vitaminas esenciales no pueden ser elaboradas por el organismo, por lo que este no puede obtenerlas más que a través de la ingesta de alimentos naturales. Las vitaminas son nutrientes que junto con otros elementos nutricionales actúan como catalizadoras de todos los procesos fisiológicos (directa e indirectamente).

El déficit o la falta de vitaminas pueden desembocar en diferentes desequilibrios en nuestro organismo e incluso la aparición de enfermedades, desde anemias hasta escorbuto.

Los minerales son sustancias inorgánicas distribuidas ampliamente por la naturaleza y presentes también en los alimentos. Son esenciales para el ser humano pero como no somos capaces de sintetizarlos en nuestro organismo, debemos tomarlos del exterior a través de la alimentación. Los minerales se encuentran en nuestro cuerpo formando parte de diversas estructuras como los dientes, los huesos, la sangre…

Los minerales que necesitamos son ampliamente conocidos: calcio, fósforo, magnesio, sodio o potasio, cloro, azufre, hierro, cinc, cobre, manganeso, yodo, selenio, flúor…

Foto:katemangostar

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