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Entre las infecciones más comunes que se pueden contagiar en las piscinas está la otitis, dolencia frecuente entre los bañistas, que suele aparecer unas horas o días después del baño. La presencia de humedad continuada en los oídos favorece la proliferación de microorganismos, y puede desencadenar una infección en el mismo (otitis) al darse las condiciones óptimas para ello, pues los gérmenes pueden estar en el agua o en nuestro propio oído.

La afección se manifiesta con sensación de dolor, molestias al masticar o bostezar, picor, sensación de taponamiento, leve pérdida de audición y percepción de humedad en el oído.  Entre las recomendaciones para evitarla está disminuir el tiempo de baño, secar bien la zona exterior de los oídos y usar tapones para evitar el estancamiento de agua en el oído medio e interno.

Causas de la otitis

La otitis externa, también conocida como “mal del nadador”, no es más que la inflamación del conducto auditivo externo debida a un agente infeccioso.  A diferencia de la otitis media, que suele ser una complicación de gripes o resfriados, en este caso nos encontramos al agua como actor fundamental para que la infección se desarrolle.  En la otitis externa, el agua permanece en el oído después de darnos un baño, el ambiente húmedo favorece el crecimiento de bacterias que invaden la piel del interior del conducto auditivo, causando una infección. 

Sintomatología de la otitis

Entre los principales síntomas destacan:

  • Dolor con diferente intensidad.
  • Picor. Evitar manipulación y rascado.
  • Inflamación y enrojecimiento del canal auditivo externo.
  • Supuración del oído.

Aunque la otitis externa afecta a todos los grupos de edad, se da con más frecuencia en niños, por ser los que más tiempo pasan en el agua en esta temporada. Generalmente, la otitis externa no es grave si se trata desde el inicio, aunque pueden presentarse complicaciones como la pérdida temporal de la audición, otitis externa crónica, infección de tejidos profundos o celulitis, etc. Así pues, si existe sospecha de padecer otitis externa, será necesario recibir atención sanitaria para detener la infección.

poniendo tapones en los oídos a dos niños

Prevención de la otitis

  1. Evitar la entrada de agua en los oídos mediante el uso de barreras físicas:  tapones, de silicona son los más recomendados, y gorros de natación.
  2. Mantener el oído limpio y secar la parte externa del oído después del baño. Para ello, es recomendable usar una toalla suave, inclinando la cabeza hacia ambos lados para favorecer la salida del agua del conducto auditivo. También se recomienda el uso de productos farmacéuticos que favorecen el secado del canal auditivo:
  • DRYOTIX SPRAY 30 ML, actúa eliminando el exceso de humedad y secando el canal auditivo, previniendo así la infección. Está formulado a base de alcoholes y aceites.
  • OTIFAES BORISEC SPRAY OTICO 30 ML, evita la proliferación de agentes patógenos reduciendo las condiciones que favorecen su desarrollo, actúa disminuyendo el exceso de agua, recuperando el pH fisiológico de la zona y protegiendo la piel del canal auditivo. La composición es a base de ácido bórico.

3. No introducir objetos en el oído como los bastoncillos de algodón para evitar irritaciones y otros daños del canal auditivo.

Tratamiento de la inflamación del oído externo

En caso de llegar a padecer una otitis de este tipo es necesario acudir al médico para que prescriba la medicación adecuada normalmente compuesta por una combinación de antibióticos y corticoides formulados en gotas óticas.

Francisco Solís, farmacéutico adjunto en Sanafarmacia.

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