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Una correcta higiene íntima es fundamental todo el año, aunque durante el verano debemos ser más precavidas en nuestro cuidado íntimo por ser la época en que la infecciones son más habituales, debido a la humedad, el calor y las alteraciones en la microbiota vaginal.  

Las infecciones vaginales se originan por la multiplicación de microorganismos (bacterias, virus, hongos y protozoos) que se encuentran en los tejidos de la vagina. Síntomas habituales de una infección vaginal son el picor o escozor por la irritación de las paredes, acompañado de un aumento del flujo vaginal, en ocasiones, con un olor intenso.

Posibles causas

Las infecciones vaginales pueden producirse por diferentes motivos:

  • Higiene insuficiente o excesiva. La vagina tiene su propio mecanismo de limpieza mediante el flujo vaginal, por lo que no debe limpiarse el interior ni lavarse muy frecuentemente con productos agresivos. Es aconsejable el aseo diario, especialmente después de mantener relaciones sexuales y realizar ejercicio físico.
  • Cambios hormonales, especialmente durante la menopausia y el embarazo o debido al uso de terapia anticonceptiva.
  • Ciertos antibióticos, al matar bacterias tanto nocivas como beneficiosas, cambian el normal equilibrio de los microorganismos de la vagina.
  • La humedad del bañador excesiva altera el pH de la zona genital y favorece la infección por el desequilibrio en la microbiota vaginal.

Síntomas y tratamiento

La flora vaginal o microbiota vaginal está compuesta de gran variedad de bacterias, siendo predominantes los Lactobacillus, encargada de regularla y protegerla de gérmenes externos. Al alterarse el equilibrio de la flora vaginal, los microrganismos destruyen estas bacterias beneficiosas provocando infecciones vaginales, como la candidiasis o vaginitis por cándida (fúngica) y la vaginosis (bacteriana).

Es importante diferenciar estas dos infecciones vaginales, pues requerirán un tratamiento distinto, por lo que es importante identificar los primeros síntomas, manifestándose entre los más comunes el escozor y picor. La principal diferencia en los síntomas es el olor, más fuerte cuando se trata de vaginosis bacteriana, cuyo tratamiento serán antibióticos recetados por el médico.

En el caso de la candidiasis, vaginitis por cándida o vulvovaginitis, el hongo que la causa vive en la vagina y ayuda a mantener el nivel bacteriano adecuado, sin embargo, cuando hay una inflamación de la mucosa vaginal se produce la candidiasis, una de las alteraciones vaginales más comunes. Para la vaginitis utilizamos tratamiento local, como pueden ser crema, óvulos y probióticos vaginales, que cuentan con lactobacilos para mantener bajos los niveles de pH y evitar el desequilibrio, restaurando la flora vaginal alterada.

Precauciones y recomendaciones

Para reducir el riesgo, algunas recomendaciones a seguir:

  • Cambiar el bañador húmedo.
  • Utilizar una toalla específica para la zona íntima, limpia y seca.
  • Llevar preferiblemente ropa interior de algodón o tejidos transpirables y evitar usar ropa demasiado ajustada.
  • Cambiar el tampón pasadas las horas recomendadas (alrededor de 4 horas) para evitar molestias.
  • Cuidado con la depilación. Solemos pensar que la depilación completa es lo más higiénico, sin embargo, el vello de esta zona sirve como protección para infecciones.
  • Mantener una correcta higiene utilizando un gel específico para la zona íntima, con especial cuidado antes y después de las relaciones sexuales.
    • Si vas a estar fuera de casa, puedes llevar encima MELAGIN TOALLITAS para asegurar una correcta higiene íntima todo el día.

Si notas molestias o crees que puedes tener una infección vaginal consulta a tu médico para que determine tu tratamiento, y no dudes en pedir consejo farmacéutico en Sanafarmacia.  

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