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Una de las consecuencias más fastidiosas del verano es soportar las altas temperaturas nocturnas de la denominada “barrera del sueño” (en torno a 24 grados, según los expertos), por encima de la cual resulta muy complicado dormir. Hay elementos que sirven para aliviar esta situación, como los ventiladores o los aires acondicionados a una temperatura adecuada, pero a veces no disponemos de ellos, y hay otros factores que pueden ayudar a conciliar el sueño, fundamentalmente relacionados con nuestros hábitos en cuestiones de alimentación o descanso.

Ahora que, durante esta semana, volvemos a sufrir días de intenso calor, en este post se hacemos algunas sugerencias para llegar a la hora de acostarte en verano y conseguir descansar.

1.- Baño o ducha relajante antes de dormir. Si tienes piscina, un chapuzón nocturno puede ser muy relajante. La otra opción es darte una ducha. Te ayudará a mejorar la calidad del sueño.

2.- Controla la siesta. La siesta es una de nuestras bendiciones, un atributo que incluso hemos importado a otras culturas. Pero cuidado con su duración. Más de veinte minutos es demasiado.

3.- Practica ejercicio. La realización de ejercicio en algún momento del día es buena para que el cuerpo acuse el cansancio y nos ayude a dormir. Eso sí, debes evitar hacer ejercicio en las dos horas previas a marcharte a la cama.

4.- No bebas mucho antes de dormir. De lo contrario, tendrás que despertarte en mitad de la noche para ir al baño, y ya podrías desvelarte.

5.- Ejercicios de respiración. Son muy recomendables para alcanzar un estadio de tranquilidad que te ayude a dormir. Para ello, puedes tumbarte bocarriba, poniendo las manos sobre el abdomen, y realizando inspiraciones.

6.- Fuera móviles en la cama. Eso evita que nos llevemos la ansiedad a la habitación donde lo que toca es dormir. La pantalla, además, nos excita y nos influye en nuestra capacidad de relax.

7.- Sigue una buena rutina de horarios. Es una de las ventajas de las vacaciones veraniegas, pero puede ser un arma de doble filo: el fin de las rutinas. Deberías intentar que este cambio de rutinas no afecte a la hora a la que te marchas a la cama. Porque eso puede desembocar en ciclos de sueño irregulares.

8.- Ventila tu habitación. Es importante que airees el dormitorio horas antes de ir a dormir. Irte a la cama con la sensación de meterte en un horno es el camino más corto hacia el insomnio. Ah, ¡y cuidado con los mosquitos! Un antimosquito enchufado en la habitación puede darte la vida en esas noches.

9.- Cena frugal. Te hemos dicho ya que es importante no irte a la cama habiendo bebido mucho líquido. En el caso de la comida, igual: evita las cenas copiosas y así evitarás también los malos sueños, o simplemente no dormir.

10.- Ojo a los excitantes. Sabes que duermes menos en esta época, así que no lo estropees pasándote con el café o con el alcohol. Para conciliar el sueño, sus efectos pueden ser desastrosos. 

Foto: yanalya

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