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1.-  Los medicamentos son para curar, no pueden hacer daño.

Falso. Todo medicamento, por muy inofensivo que parezca, puede causar efectos adversos. Medicamentos de uso común como el paracetamol causan efectos graves, como daño hepático si se utiliza indiscriminadamente y en altas dosis. Otros medicamentos, aun siguiendo las indicaciones médicas, podrían causar reacciones no esperadas como reacciones alérgicas.

2.- Todos los productos o suplementos naturales son beneficiosos.

Falso. El hecho de que en un producto ponga la palabra “natural” no significa que sea inofensivo, no es un escudo que nos protege de todo mal. Estos productos contienen derivados de plantas que podrían causar efectos no deseados en el organismo.

3.- Las vitaminas son buenas, son completamente inofensivas.

Falso. Hay la creencia de que las vitaminas sirven para todo: para subir el ánimo, quitar el cansancio o quitar el sueño, etc. Las vitaminas pueden obtenerse con una dieta saludable y equilibrada. Ingerir altas dosis de vitaminas podría causar efectos no deseados, o podría reducir el efecto de otros medicamentos, como, por ejemplo, los anticoagulantes. Las vitaminas deben utilizarse cuando es necesario y siempre como complementos a una correcta alimentación y nunca como sustitutas de la misma.

4.-Siempre hay que tomar los medicamentos con el estómago lleno.

Falso. Algunos alimentos, por ejemplo, la leche, interfieren con la absorción de ciertos medicamentos, provocando que estos no funcionen, caso de antibióticos (tetraciclinas). Sin embargo, algunos fármacos deben tomarse junto con alimento para evitar irritación del estómago o permitir que se absorban mejor, (AINES), ibuprofeno, diclofenaco,…

5.- Si los síntomas son los mismos puedo usar los mismos medicamentos.

Falso. Cuando estés enfermo, debes acudir a tu médico. Aunque tengas los mismos síntomas, podrías tener un problema u enfermedad distinta, cuyo tratamiento requiere de otro u otros medicamentos diferentes. Muchas personas guardan en casa antibióticos “para la próxima vez “. Los medicamentos sobrantes deben llevarse al punto SIGRE de la farmacia

6.- “Si el medicamento me sirvió a mí, también puede servirle a mi familiar, amigo o vecino”.

Falso. No comparta sus medicamentos. Aunque crea que el medicamento le puede servir a otro, usted no es médico y podría causarle un daño serio e, incluso, la muerte. Cada individuo es diferente, y puede presentar otras enfermedades que requieran tratamientos distintos o ser alérgico a alguna sustancia que usted desconoce.

7.- “Solo debo tomar el medicamento si me siento mal”.

Falso. Algunas enfermedades crónicas, como la hipertensión arterial o la diabetes, requieren que usted tome el medicamento de forma continua o permanente. No debe suspenderlo, a menos que su médico se lo indique. Si toma sus medicamentos de forma irregular, estos no funcionarán adecuadamente, lo cual conlleva riesgos para su salud. Los antibióticos, por ejemplo, deben tomarse solo en el horario y por el tiempo que el médico le indicó. De lo contrario, podría persistir la infección o empeorar, así como también provocar que las bacterias se vuelvan resistentes a los tratamientos.

8.- Los medicamentos no caducan.

Falso. Todos los medicamentos tienen una fecha de vencimiento o expiración, lo que indica que después de este período, nadie puede garantizar que funcionen adecuadamente. Incluso, podría alterarse su composición en sustancias dañinas para la salud. Verifique periódicamente su botiquín y deseche los medicamentos caducados.

9.- “Si el médico no me receta medicamentos, me atendió mal”.

Falso. En algunas ocasiones, con otras medidas, tales como una dieta saludable, descanso, buena hidratación, terapia física y manejo psicológico, la dolencia mejorará y no será necesario utilizar un medicamento.

10.- Y tú, ¿qué otro mito conoces y no ha salido reflejado aquí?

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