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Se está hablando mucho en estos días de los niños, las víctimas invisibles de los largos encierros debidos al confinamiento del coronavirus. Pero más allá del problema que supone para los padres tener que gestionar las dificultades del encierro de los hijos pequeños, su inmadurez biológica los convierte también en personas especialmente críticas a la hora de encajar información sobre los efectos del virus.

El Colegio Oficial de la Psicología de Madrid ha transmitido una serie de pautas dirigidas a padres, que hemos creído interesante compartir con vosotros en nuestro blog. Se trata de recomendaciones para tratar con niños de edades comprendidas entre los 4 y los 10 años, ya que más pequeños tienen un pensamiento aún demasiado abstracto y la gestión psicológica es más sencilla, mientras que a partir de los 10 años empiezan a comprender conceptos más complejos.

¿Qué hay que explicarles?

Los expertos recomiendan:

-No esperar a que pregunten para hablarlo con ellos.

-Corregir información errónea o mal interpretada.

-Ser sinceros sobre sus implicaciones: es un virus peligroso porque se contagia con facilidad, y por lo tanto debemos protegernos de él. Si bien la mayoría de los casos se recupera (80%), pero los mayores son los que más deben cuidarse.

-Informar sobre los síntomas más frecuentes: fiebre, tos y sensación de falta de aire

-Ante todo, tranquilizarlos, dando seguridad y confianza: hay muchos profesionales sanitarios para curar, entender el virus, reducir sus riesgos y encontrar una vacuna.

¿Cómo hay que explicárselo?

-No ignorar sus miedos o dudas.

-Utilizar un lenguaje adaptado a su edad del menor y a sus conocimientos.

-Entender que si no se lo explicamos bien recurrirán a argumentos fantasiosos para compensar la falta de información.

-Hablar con frecuencia sobre el tema, pero sin saturarles con demasiada información.

-Normalizar que se hable sobre ello sin que sea un tema tabú.

 -Promover espacios de encuentro para la comunicación con ellos donde se sientan seguros y tranquilos para expresar, escuchar y preguntar

-Evitar hacer referencia a las personas que están muy enfermas o han fallecido.

-Ser honestos y evitar largas explicaciones, respondiendo a sus dudas o miedos que puedan tener.

-Transmitir que pueden expresar sus dudas y confiar en nosotros.

-Si no tenemos todas las respuestas, ser sinceros, quizás podamos buscar respuestas juntos.

Foto: Freepik

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